Contar la verdad a tu hijo: ayudarlo a tener un entendimiento adecuado de su historia

Kevin siempre ha sabido que fue adoptado cuando tenía 18 meses, ingresó al sistema de protección de menores porque su madre biológica había fallecido de alguna enfermedad no revelada y su padre biológico en shock por su situación, lo dejó con un vecino y nunca regresó. Esa fue la historia que le compartieron sus padres adoptivos. 

El problema era que esa historia no era verdad. Sus padres lo sabían, pero no querían lastimarlo ni generarle un nuevo trauma por cuenta de la historia real. Además de eso, el resto de la familia conocía la verdad, y en un picnic familiar una de sus primas le compartió a Kevin la verdadera historia. 

Esa tarde, Kevin supo la verdad sobre sus padres biológicos. Su madre no había muerto de una enfermedad desconocida, sino de una sobredosis y su padre no lo dejó al vecino sino que se encontraba en prisión. No es difícil imaginar la rabia y dolor que sintió. El sentimiento de traición fue enorme, ¿Qué otros secretos le podrían estar guardando? Las bases de la confianza se desmoronaron en un día. 

Los adultos están a cargo de la historia y vida de los niños que se encuentran en el sistema de protección y adopción; somos quienes custodiamos la historia de cada niño y su manejo. Somos los que tenemos acceso a esa informacion que va a ayudar al niño a crecer con el entendimiento de su historia de vida o como dice el Dr. Daniel Siegal, una narrativa coherente de esa historia. 

Principios para contar la verdad:

1.- Comenzando la conversación: Los niños no son responsables únicos de preguntar; los padres y cuidadores también son responsables de contar. Los niños generalmente creen que son desleales con su familia adoptiva cuando tienen sentimientos y preguntas sobre su familia de origen. Como resultado de eso, ellos pueden evitar la conversación acerca de su adopción, aunque tengan muchas preguntas o sentimientos confusos. Dentro de los mecanismos para iniciar la conversación están la lectura de cuentos, aprovechar el día del cumpleaños, el día de la madre o el padre. Incluso, se vale hacer preguntas que le permitan al niño compartir sus sentimientos acerca de la adopción. 

2.- No mentir: Bajo ninguna circunstancia se puede mentir. Inventar una historia de la familia de origen puede generar problemas serios de confianza pues cuando la verdad sale a la luz, generalmente hay fisuras en la relación. La verdad puede salir como en el caso de Kevin, por una anécdota de los padres adoptantes, alguien de la familia o puede quedar al descubierto por accidente en los papeles de la adopción. En el caso del adolescente, fácilmente encontrará información en internet. Si eso ocurre, ese descubrimiento será una amenaza para la relación padres-hijos, pues será difícil componer la situación con una disculpa o explicación. Lo que comienza como protección, puede convertirse en el final de la confianza y la intimidad de esa relación.   

3.- Contar la información en el momento apropiado: Un niño difícilmente entenderá toda la información, pero si puede ser compartida en la medida que el niño crece y pregunte mas detalles. Los 12 años son una buena edad para compartir los hechos por diversas razones, pero especialmente porque a esa edad la mayoría de niños comienzan a pensar de forma más abstracta y pueden comprender mejor su adopción. 

4.- Recuerda que el niño sabe más de lo que piensas: Los niños que han sufrido abuso y negligencia deben saber que eso les ocurrió, porque ellos estaban ahí cuando todo eso pasó, lo vivieron y es importante poder hablar de las dificultades que atravesaron. Todo pudo ocurrir es su etapa no verbal, lo que no significa que no lo recuerden. Los niños saben desde pequeños que hay una comunicación abierta o cerrada por la forma como se maneja la información sensible a su alrededor, bien para hablar directamente o no. 

5.- No imponer juicios de valor: Un cuidador puede pensar que una parte de la informacion es devastadora. Pero, puede ser la clave para que el niño comprenda el porque de su realidad. La información de la historia de un niño puede ser muy negativa, tal vez horrible para un padre, cuidador o trabajador social, pero puede interpretarse de una manera diferente por un niño. Los hechos deben presentarse sin valoraciones ni juicios. Los adultos podemos compartir a un niño verdades difíciles con compasión y eso le permitirá elaborar mejor el abandono, abuso o negligencia. 

Otra cosa

No olvides que es la historia del niño. Su historia le pertenece, no es de los padres. Si un amigo o alguien de la familia pregunta por informacion sensible, hay que decirle que esa información le pertenece al niño. La familia y amigos aprenderán a esperar hasta que el niño sea lo suficientemente grande para decidir si quiere responder ese tipo de preguntas. 

Finalmente, los padres y cuidadores pueden ayudar al niño en el desarrollo de una corta y simple versión de su historia. Con la que se sienten a gusto para compartir con vecinos, amigos del colegio, profesores, familiares y otras personas. Esa historia puede ser muy parecida a la información que se le ha dado al niño cuando era pequeño. El niño debe saber que esa información no se reserva porque sea penosa, sino porque no es necesario que le cuente su historia con todos los detalles a todos, o a algunas personas. 

El principio final: Caminar hacia la verdad nos libera a todos

Tomado del libro Trauma Free World´s Advanced Trauma Competente Caregiving training series, Modulo 8.

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